domingo, 30 de marzo de 2008

Otro perro con suerte

Leo en Público : "Rescatan a un perro que vagaba con una cuerda incrustada al cuello". A algunos puede que la noticia les parezca menor, que habiendo otras cosas más graves y preocupantes en el mundo, cubrir la noticia de un perro que logra escapar de la muerte, pues quizá sea exagerado.

A mi no me lo parece. Aunque haya otros asuntos, éste es un asunto muy grave. SOMOS UNOS SALVAJES. Será porque yo amo a los perros, será porque para mí la vida de un perro vale más que la de algunos animales con 46 cromosomas, será porque la mirada de un perro te dice tanto, te transmite tanta nobleza, amor, aprecio, compromiso incondicional. Será porque un perro te pide tan poco : cobijo, comida y cariño. Será por cómo me reciben cuando regreso a casa. Será por cómo les encanta dormir a mi lado, pegando bien apretado su cuerpo al mío. Será porque me siento amado con abrazos a cuatro patas. Será por cuánto cambiaría el mundo si el hombre aprendiera de ellos.

( Enhorabuena y gracias a El Refugio ).

Este domingo ventoso, cuando atardece ya más tarde, me encuentro, rodeado de mis seres peludos - duermen plácidos, adoptando posturas imposibles, sobre el sofá -, junto a la chimenea y con cierto entusiasmo poético. Por eso os doy a leer este poema de Luis Felipe Vivanco, que he conocido leyendo la memoria de estío de mi estimado suegro.

LA MIRADA DEL PERRO

De pronto, trabajando, comiendo, paseando, me encuentro la mirada del perro.
Me interrumpe como dos hojas de árbol dentro de una herida,
como llanto infantil de alma que nunca ha sido pisada todavía
o esa vieja mujer que friega, en cambio, el suelo, de rodillas.
De no saber qué hacer resignada, y huidiza,
y suplicante -de no saber que permanece en su orilla-,
me deja interrumpido como pequeña iglesia románica en un pueblo
o esa peña y sus grietas a un lado del atajo, mientras sigo subiendo.
(Me deja entre mis libros de elemental e ingreso,
naturalmente, estudiosamente unido a Dios en el tiempo
de la imaginación que aún mezcla sus leyendas de Bécquer con insectos).
O me atraviesa con su temor de criatura confiada y su exceso
de alegría por mí (que soy un poco duro y no me la merezco).
La mirada del perro.

Por cierto, el caso de Juan Lado y el Grupo Lyvon que comenté en Sobre el maltrato de animales : un caso concreto entros otros muchos, quedó resuelto, tras sentencia judicial que absuelve a Lyvon de las acusaciones que el asesino Juan Lado les hacía en su denuncia. El apoyo de muchísima gente a esta causa tiene sin duda algo que ver en la resolución judicial. Podéis leer el comunicado completo en la web de Lyvon.

Y para acabar, otro poema de perros, éste de Jenaro Talens, declamado : "A mi perro Yeltsin".

Y recordad : No compréis uno de raza, sino adoptad uno sin casa.

No hay comentarios: