martes, 15 de julio de 2008

El indecente negocio bancario

Muchos economistas ortodoxos podrán machacarme con su sabiduría (que yo no tengo) argumentando la necesidad y las virtudes del sistema financiero : fomento y movilización del ahorro, eficaz asignación de los fondos (créditos) para crear riqueza, colaboración con la estabilidad monetaria, intermediación en los pagos, servicios bancarios, etc... Pero, y esta es mi opinión, donde me atrevo a opinar incluso desde mi ignorancia, el bancario es un negocio indecente, éticamente cuestionable y reprobable, moralmente obsceno, .... en fin, se me ocurren muchas más formas de expresarlo.

En su libro “Escribir es vivir” (delicioso libro, por cierto), José Luis Sampedro, que de economía y sistemas financieros sabe un rato, llega a exponer ideas sobre el sistema bancario como : el sistema bancario está planteado de tal forma que nunca pierden, los bancos en época de bonanza económica ganan dinero pero en épocas de recesión económica ganan aún más y, además, como los mismos banqueros reconocen, “no podemos evitarlo”. Vamos, en palabras que se le atribuyen a Carlos Vela, ejecutivo de Cajamadrid, y que dicen que como broma comentó entre sus amigos cuando fue fichado por la inmobiliaria Martín-Fadesa (ahora en suspensión de pagos) : "Si sale bien, me haré multimillonario; si sale mal, me haré solamente rico". Tal es la esencia del indecente negocio bancario.

Un banco es un intermediario que recoge el dinero de un sitio y coloca dinero en otro y entre medias se lleva un “cacho” (técnica del salami) aplicando la regla de oro del buen tesorero : pagar lo más tarde posible y cobrar lo antes posible. Que presta servicios financieros, sin duda; que actúa como engranaje en el mercado de capitales y es un factor regulador de la economía, sin duda; pero, a qué precio. El colmo de la desfachatez bancaria puede reflejarse muy bien en el siguiente ejemplo : entras en tu sucursal bancaria de toda la vida y haces una entrega en efectivo de 2.600 euros. Media hora después, te arrepientes y regresas a la sucursal para retirar el efectivo que hace media hora estaba en tu bolsillo. El banco te dice que no puedes hasta el día siguiente porque la fecha valor es de mañana. Es decir, te captan el efectivo como el juego del tragabolas pero no cuentes con que te lo devuelvan con la misma facilidad. Esta práctica bancaria la realizan muchos bancos, con el consentimiento del Banco de España.

Y cuando hablo de bancos, incluyo a las cajas de ahorro, ésas que tienen como uno de sus objetivos la función social (cuánta hipocresía).

Un banco cuando a primeros de año publica sus resultados del año anterior nunca pierde dinero y siempre publica cifras de crecimiento porcentuales (tanto por ciento sobre el año anterior) de dos cifras. Esto lleva parejo los desproporcionados salarios que se asignan las cúpulas directivas de dichas entidades (tanto por tan poco). Actualmente estamos asistiendo a algunas excepciones, dado que los bancos están siendo víctimas de su ambición desmedida y ante la actual crisis inmobiliaria y de las hipotecas (las subprime y las demás) están sucumbiendo, algunos hasta han llegado a quebrar. Ahora recogen lo sembrado años antes, conceder hipotecas al primero que aparecía sin valorar el riesgo real con tal de cobrar los consabidos intereses. Ahora muchos bancos se encuentran con un creciente mora por impago en hipotecas y la necesidad de ejecutar embargos pero con la salvedad de que ahora la propiedad que embargan vale mucho menos de lo que concedieron como principal de la hipoteca para su adquisición. Vamos, que de la noche a la mañana, se están encontrando con que sus activos (en forma de deuda) valen mucho menos y de ahí a la quiebra a veces queda un par de pasos sólo.

Pero la inmoralidad del negocio bancario va más allá. Leo una noticia en la que una ONG acusa (cual Zola) a numerosas entidades financieras de malas prácticas, de ética reprobable y de invertir en negocios suculentos pero inmorales (tráfico de armas, apropiación indebida de recursos naturales en países del tercer mundo, armamento, .......).

La realidad del negocio bancario ha evolucionado en cuanto al origen de sus beneficios. Ya no obtienen tantos beneficios por los intereses que cobran cuanto por las comisiones que aplican (hasta la situación hilarante del Banco de Santander, que anuncia una reducción de comisiones durante un año pero luego presenta unos resultados donde los ingresos por comisiones han aumentado frente al año anterior). Y además por invertir en otro tipo de negocios (diversificar, como buenos empresarios) : desde los ya mencionados de dudosa honorabilidad hasta el propio negocio inmobiliario o la puesta en marcha de adquisiciones y fusiones de empresas. De hecho, muchos de los procesos de fusión empresarial son instigados por entidades financieras.

Un banco, en definitiva, no crea riqueza, salvo para sí mismo, no tiene a los pobres como clientes potenciales (son generadores de exclusión social), no es capaz de conceder créditos a bajo interés a gente que los necesita (a excepción de los ya conocidos microcréditos impulsados por el nóbel de la paz Muhammad Yunus, lo cual es encomiable). Un banco, en definitiva, es un tiburón, que arranca con sus colmillos “cachos” del dinero de otros.

Y junto a los tiburones también hay pirañas y rémoras. Cuando a un cliente, por ser de alto riesgo, un banco tradicional lo expulsa de su cartera de clientes potenciales, siempre surge una piraña que le ofrece la solución : préstamos de inmediata concesión sin prácticamente hacer ninguna pregunta; pero, eso sí, a un interés de dos dígitos que roza la usura. Son los anunciantes que podemos ver a primeras horas de la mañana en los televisores y cuyo público objetivo son ciudadanos asfixiados que necesitan 3.000 euros a cualquier precio y a los que pagar un 25% de interés parece no preocuparles mucho. En mi opinión, me parece penoso que personajes famosos del mundo artístico se presten a dar su imagen para publicitar estos negocios tan execrables (ya, ya sé que estamos en un libre mercado, que nadie obliga a contratar estos servicios, lo sé, pero me sigue pareciendo execrable).

Finalmente, cuando un ciudadano ha acudido a los tiburones y a las pirañas y ya no puede dar un paso sin deber más dinero, aparecen los hacedores de milagros : reunificamos su deuda y usted paga menos. ¡¡¡¡Gentuza!!!!! Lo que no cuentan es que en muchos casos la reunificación de la deuda conlleva unos gastos que aplicados al TAE final de la operación deja en entredicho las ventajas inmediatas de la misma (pagar menos el mes siguiente). Y lo que tampoco cuentan es que la reunificación de la deuda pasa por contratar un nuevo préstamo a un plazo mucho mayor que necesariamente genera una cuota mensual mucho más pequeña (ese es el anzuelo) pero que supone pagar unos intereses globales muchísimo más altos a lo largo de toda la vida del nuevo préstamo contratado. Suele ser una solución a corto plazo pero a largo estás asfixiado de por vida casi. Son las rémoras, esas empresas que se disfrazan de hada madrina para concederte un deseo envenenado. Las organizaciones de consumidores y usuarios ya han advertido sobre este tipo de empresas y prácticas y en algunos casos se llega a la ilegalidad.

Otro timo son las tarjetas “revolving”, algunas con modalidades de pago malvadas : . De repente te llega una tarjeta oro de crédito a tu casa, sin que la hayas solicitado (una mala pero habitual práctica bancaria, según el Banco de España), completamente gratuita de por vida. Y tú, ingenuo, empiezas a usarla. Lo que no te cuentan de forma clara y directa es que el método de pago de esa tarjeta siempre y obligatoriamente es aplazado a un mes pero por un porcentaje dado de la deuda y con un interés aplicado (que suele superar los dos dígitos) quedando el resto de la deuda pendiente para meses sucesivos con su consiguiente devengo de intereses. Es decir, compras un mes por valor de 1.000 euros y al mes siguiente te cobran sólo el 5% de esa deuda con sus intereses y quedando remanente una deuda de 950 euros, que siguen generando una deuda por intereses. Al mes siguiente repiten la operación y así mes a mes, siempre te cobran el 5% de la deuda pendiente. Y esto es como la tortuga que siempre recorre la mitad del camino que le queda, que, al final, nunca llega, vamos, es llevar en el bolsillo un préstamo permanente. Cuando hayas acabado de saldar tu deuda habrán pasado muchos meses durante los cuales te han cobrado intereses. Es decir, que por gastar 1.000 euros un mes pagas mucho, mucho más al cabo de muchos meses (hagan las cuentas con el ejemplo). El nombre de “revolving” es porque conforme saldas parte de la deuda puedes volver a disponer de más crédito para seguir gastando (para generar un bucle eterno de consumo).Vamos, es una forma indirecta de concederte un préstamo al consumo con unas condiciones establecidas por la entidad pero convenientemente maquilladas con una gratuitidad de la tarjeta y el supuesto prestigio que te conceden por darte una tarjeta oro de crédito o la bonificación de hasta el 1% sobre las compras realizadas en el mes (una migaja comparado con lo que pagas al final). Son tarjetas de crédito verdaderas, no como las mal llamadas de crédito que en realidad son de pago aplazado.

Leo en internet la opinión de un anónimo en un foro al respecto del tema que tratamos : “Es vergonzoso, y sé de loque estoy hablandoporque soy prejubilado de Banca. Los Bancos se han propuesto un objetivo: pasar el dinero de las cuentas de los clientes a sus cuentas de resultados, y lo consiguen vía comisiones (cada vez más altas) y vía intereses (desproporcionados en los préstamos de consumo). Es inmoral que un Banco gane más de un billón de pesetas al año a costa de gente que no puede llegar a fin de mes. Y mucho más inmoral es que un presidente de banco pague cantidades ingentes de dinero que no es suyo (por eso lo hace) para quitarse de en medio a personas que le impiden desarrollar su soberbia y prepotencia.Y todo esto con el beneplácito del Banco de España porque los bancos pueden poner los gastos y comisiones que quieran, sólo tienen que cumplir un requisito: comunicarlo al Banco de España. ¿Se imagina que usted pudiera ganar lo que quisiera y que lo único que tuviera que hacer es comunicárselo al Ministerio de Trabajo?”

En palabras de Bertold Bretch : "¿Qué delito es el robo de un banco comparado con el hecho de fundar uno?"

El Banco de España acude en ayuda de cualquier banco en apuros y vela no por los intereses de los ciudadanos sino por los de los bancos y lo más meritorio que hace es controlar que las dentelladas que asestan los bancos a sus clientes no sean excesivas para que puedan éstos seguir viviendo y aquéllos seguir mordiendo. Por tanto, salvo situaciones descontroladas, en el negocio bancario las pérdidas no tienen cabida.

Si a lo anterior se le une la situación de privilegio de la que goza la banca al no existir otras alternativas de financiación y gestión de pagos para los ciudadanos (¿quién se atreve a vivir sin tener una cuenta en un banco?), situación con tintes parecidos a la de un monopolio, la indecencia de la banca radica en aprovecharse de dicha situación para ganar cuanto más mejor a costa de sus clientes.

No sabría decir cuál sería una solución a todo esto. La que sea, sin duda, no es fácil. Pero seguro que no anda muy lejos de poner en marcha un modelo de banca más justa, más social, más solidaria y que, en definitiva, no gane tanto dinero en virtud a una situación privilegiada en el mercado.